Saber escuchar es fundamental en terapia. Al escuchar, a) se facilita que los clientes hablen sobre sí mismos y sus problemas y comuniquen información relevante; b) aumentan las probabili- dades de comprender mejor al cliente; c) se potencia la relación terapéutica; d) se anima a los clientes a ser más responsables de su proceso de cambio y a ver al terapeuta más como un colabo- rador que como un experto; y e) es más probable que la intervención terapéutica tenga éxito. Laescucha activa implica tres actividades:
- a) Recibir el mensaje, lo que implica atención e interés por el mismo. Hay que prestar atención a diversos aspectos del cliente:
- – Comunicación no verbal y vocal (apariencia, expresiones faciales, mirada, postura, orientación corporal, gestos, entonación, volumen, etc.) y cambios en esta.
- – Comunicación verbal: lo que dice y en qué momento, lo que dice implícitamente, las emociones explícitas o implícitas, lo que no dice (temas que evita, personas im- portantes que no menciona), los temas recurrentes (p.ej., autoexigencia), las contra- dicciones en que incurre.
- – Actitud hacia el terapeuta y la terapia.
- b) Procesar los datos atendidos, es decir, saber discriminar las partes importantes y establecer su significado. Aquí, los valores y creencias del terapeuta y las emociones que ex- perimenta pueden conducirle a interpretar sesgadamente el mensaje, de modo que oiga lo que quiere escuchar. De aquí la importancia de que el terapeuta observe sus propios pen- samientos y emociones en la sesión y los autorregule en caso necesario.
- c) Emitir respuestas de escucha. Entre estas, hay varias que se pueden manifestar mientras se escucha, tales como mirada amigable, asentimientos de cabeza, inclinación y orienta- ción corporal hacia el cliente, expresión facial de interés y comentarios del tipo “ya veo”, “sí”, “entiendo”, “uhm”, “continúe, le escucho”. Además, una vez que el terapeuta inter- viene, comunica al cliente que le ha escuchado activamente mediante respuestas verbales de distinto tipo congruentes con lo que ha manifestado el cliente. Como se verá más ade- lante, son importantes aquí las clarificaciones, paráfrasis, reflejos y síntesis.
Algunos obstáculos para la escucha eficaz son (Cormier y Cormier, 1991/1994; Marinho, Caballo y Silveira, 2003): a) no tener interés por el cliente o sus problemas; b) la tendencia a juz- gar los mensajes del cliente; c) experimentar reacciones emocionales ante el comportamiento del paciente (p.ej., ansiedad, frustración, enfado) que resulta difícil controlar; d) distracciones asocia- das con las propias preocupaciones; e) interrumpir al cliente de forma innecesaria; f) no respetar- los temas que son importantes para el cliente; g) la tendencia a formular hipótesis firmes con po- cos datos y a atender selectivamente a los datos que las confirman; h) la tentación de responder a la información que el cliente todavía no ha comunicado formulando preguntas antes de tiempo; i) realizar interpretaciones u ofrecer sugerencias de forma prematura; j) la presión que uno se impo- ne para resolver problemas o encontrar respuestas; k) variables situacionales como el exceso de calor o frío, el ruido o la hora del día; y l) no encontrarse bien o sentirse cansado (p.ej., por excesode trabajo o falta de sueño).
No escuchar activamente al cliente es un grave error, ya que no se sentirá comprendido y el terapeuta puede estar satisfaciendo sus propias necesidades en vez de las del paciente. Por otro lado, el exceso de escucha también es problemático, ya que si el terapeuta se limita básicamente a escuchar, el cliente puede no recibir la ayuda necesaria.
Información obtenida de: Habilidades Terapéuticas (Bados & Grau, 2011)